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Estrategias para que tu hijo reduzca el consumo de tecnología

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En este artículo, te proporcionamos algunas estrategias que puedes poner en práctica para que tu hijo reduzca el consumo de tecnología. Si tienes dudas acerca de si está haciendo un uso disfuncional de los dispositivos electrónicos, en el artículo de la semana pasada detallamos cuáles son las conductas indicativas que permiten detectarlo. En el caso de que tu hijo ya presente síntomas de adicción, puedes leer la entrevista en la que el psicólogo Luis Elías explica cómo se trata en terapia.

Recordemos que el uso excesivo de las tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) tiene un impacto a corto y largo plazo en los niños y adolescentes: crea dependencia, altera su desarrollo neurológico, afecta a su rendimiento escolar y a la convivencia familiar, dificulta que adquieran la cultura del esfuerzo y tiene consecuencias en su salud mental y en su capacidad de socialización, entre otros efectos perjudiciales.

Estrategias para reducir el consumo de tecnología

Las siguientes estrategias para que los hijos, independientemente de su edad, reduzcan el consumo de tecnología son válidas siempre y cuando se haya mantenido previamente una conversación con el niño explicándole la situación: que se le van a poner límites para evitar que desarrolle una adicción, que podrá jugar con los dispositivos electrónicos exclusivamente los fines de semana y un máximo de dos horas al día, por ejemplo, etc.

Estrategias para que tu hijo reduzca el consumo de tecnología:

Integrar en su espacio de juego, y a la vista, material de juego atractivo: facilitarle juegos tradicionales que sean estimulantes y divertidos para él. Este material debe estar visualmente a su alcance, y a mano. Debe formar parte de su cotidianidad, del paisaje en el que está habitualmente, para que se vaya familiarizando con él. Es decir, los juegos alternativos al teléfono móvil o la tablet no deben estar guardados en un cajón dentro de un armario. El objetivo es que cuando los padres estén ocupados o el niño esté aburrido, pueda disponer de ellos al tenerlos delante.

«Cuando el niño termine de utilizar los juguetes, ya se recogerán. Menciono este punto porque algunos padres se resisten a esta estrategia argumentando que no quieren desorden en el comedor o en el salón, pero mantener el orden en estos espacios no puede ser la prioridad en estas circunstancias. Y, obviamente, se le habrán retirado primero los dispositivos electrónicos al niño y no se dejarán en un lugar en el que pueda encontrarlos. Subrayo esta idea, aunque pueda parecer elemental, debido a que hay padres que les dicen a sus hijos que no pueden jugar y se dejan la tablet en la repisa del mueble de la tele, por ejemplo. De hecho, hay niños que cuando llegan a casa, se van directos a buscar la tablet porque ya saben dónde está.», señala el psicólogo Luis Elías.

No responder con reprimendas, juicios o castigos al hecho de que esté contrariado: es la cuestión más importante desde el punto de vista educativo o pedagógico. Al principio, el niño estará malhumorado porque los dispositivos están escondidos y no puede jugar entre semana. Es normal que en esta fase exprese su malestar, que esté contrariado e irritado, y que se produzca el drama, pero no hay que emitir juicios sobre esta respuesta ni reaccionar con regañinas ni castigándole. Hay que hacer lo contrario, evitar el refuerzo negativo y decirle que comprendemos cómo se siente, pero que se le prohíbe jugar porque no es sano para él y para evitar que cree una adicción. «Los padres deben hacerle saber que comprenden lo que le ocurre y recordarle que puede jugar a muchos otros juegos, proponerle realizar una actividad con ellos, etc. Paulatinamente, lo irá integrando y se irá reduciendo esta reactividad», explica el especialista.

    Estrategias adicionales en función de la edad

    Asimismo, hay otras actividades específicas y alternativas a los dispositivos electrónicos que los padres pueden utilizar como estrategias en función de la edad que tengan sus hijos.

    A casi todos los niños les gusta dibujar, pintar y realizar manualidades. El yoga es otra práctica que les suele atraer. Tiene muchas ventajas físicas y mentales para ellos. Es muy útil, además, cuando hay irritabilidad. Es una actividad que se puede realizar conjuntamente, con el padre o la madre y, actualmente, hay aplicaciones con clases pensadas incluso para los más pequeños.

    Otra estrategia para reducir el consumo de tecnología es promover que escuchen su música favorita utilizando dispositivos que no puedan mostrar vídeos. Es decir, quedan excluidas plataformas como TikTok, YouTube o Instagram.

    Cuando están irritables, a los niños más pequeños también les va muy bien tomar un baño caliente y relajante con sus juguetes. Y no deberíamos olvidarnos de los cuentos. «Esta estrategia la conocen todos los padres. La cuestión es cuántas veces le han leído un cuento a su hijo, porque hacerlo requiere implicación. De modo que una alternativa pueden ser los audiolibros, siempre que no haya un componente visual», aclara Elías.

    En cuanto a los bebés, la mayoría de las veces bastaría con que los padres estuvieran pendientes de sus necesidades y supieran detectarlas. Normalmente, lo que causa su malestar son cosas muy básicas: quizá el niño necesite que se le cambie el pañal, le pica el cojín en el cuello, tiene frío porque la ventana está abierta y hay corriente de aire, etc. Hay que observar, estar atentos y tener paciencia. No hay que darle la tablet para que se relaje y porque vamos desbordados. «Estamos en una sociedad en la que los padres apenas tienen tiempo para nada. En muchos casos, ambos trabajan. A veces, además, también estudian. Lo que era obvio para nuestras abuelas y madres, ya no lo es. Y lo más obvio de todo es que un bebé quiere y necesita el contacto físico. Normalmente, si lo cogemos en brazos, dejará de llorar», concluye el especialista.